En estos días pensé que si me preguntan cuáles son mis hobbies, todo lo que diga son cosas que hago.
No sé si me explico.
Mis hobbies son: leer, escribir, la música, la comedia.
Yo me entiendo como: escritor, comediante y músico aficionado.
Ninguno de esos hobbies termina siendo para mí completamente.
No sé si me explico.
Para mí, no sé si sea la definición correcta o universal pero es como lo veo, para mí un hobby es la práctica de alguna actividad que haces con el principal (y tal vez único) objetivo de tu propia distracción, diversión o disfrute. Un hobby es algo que haces para ti, tal vez para alguien que tengas cerca.
Un hobby es surfear con tus amigos, hacer piezas de cerámica y por ahí tener alguna en tu propia despensa, pintar cuadros que cuelgas en tu casa, correr maratones para sentir que cumples una meta personal. Son cosas que no haces por remuneración económica o por reconocimiento social, sino solo por la sensación de disfrute que experimentas al ver que completas una meta que habías trazado contigo mismo y nadie más.
No recuerdo la última vez que tuve un hobby que viviera en privado.
Creo que siempre vi internet como una ventana. Con sus dos funciones: ver hacia adentro (conocerme más y mejor accediendo a información a la que no tenía cómo llegar, interactuar con personas que comparten mis gustos, etc) y la función de ver hacia afuera (mostrarle al mundo todas las habilidades que yo consideraba que el mundo “real” no estaba apreciando).
Desde que pude, empecé a subir cosas para demostrar lo que yo podía hacer. Desde pequeño estuve subiendo mis textos en páginas, mostrándole a amigos las letras de las canciones que quería escribir cuando tuviera una banda, cargando a un Youtube muy precario videos que eran simples copias de lo que hacían los insipientes youtubers que hacían vida en la plataforma sin saber que lo que hacían tendría un título, un futuro, una carrera.
Siempre me ha pasado que cuando veo, leo o escucho algo que me gusta, pienso “tengo que hacerlo”. La primera vez que vi un video de Iron Maiden en vivo dije “eso es lo que quiero hacer, guitarrista de metal”. Y en esa me subí por un rato largo. Ese fue el entrenamiento para aprender a escribir canciones (de cierta forma).
Desde pequeño, que empecé a leer y empecé a ver el efecto que tenían los libros en los adultos de mi familia, pensé “quiero ser escritor”. Desde entonces jamás leí un libro sin pensar, en algún punto, “tengo que ir a escribir”. Hoy en día lo uso un poco como gasolina. Leo algo que me gusta, que me inspira y me levanto a escribir algo propio. Muchas veces usando un poco de la voz, de las herramientas, de los aspectos que me atraparon de esa lectura. “Copiar como un artista”, jugar con esa caja de herramientas hasta que encuentre mi propia técnica. Siempre puedo leer y disfrutar lo que leo, apreciarlo simplemente como lector. Pero jamás puedo quedarme tranquilo. “Tengo que hacer eso”.
Con la música me pasa igual. La cantidad de proyectos musicales que he empezado en medio de sueños febriles. “Dulce, vamos a hacer una banda tipo Gorillaz, tengo la música”, le escribí una vez a una amiga, ilustradora y tatuadora, como a las 2 de la mañana porque había escrito una (1) canción que sonaba relativamente bien. Me dijo que ok, boceteamos personajes, todo. Pero es un rush creativo de un momento. Hacer música requiere esfuerzo, técnica y alguna idea de adónde voy. Capaz más adelante, pero por lo pronto solo nos quedó este prototipo adorable de un personaje llamado Virgil tentativamente.
Y ahora que estoy haciendo las canciones de rap con chistes, es peor. No puedo escuchar nada en la radio porque de una digo “tengo que hacer una como esa”, para llegar y darme cuenta de que oh, sorpresa, no sé producir como Tainy.
Jamás una escucha “tranquila” de un disco. Siempre pensando cómo puedo hacer algo mío a partir de eso.
Ya ni hablar de la comedia. Incluso años antes de subirme por primera vez a un escenario, veía shows de stand up y en mi cabeza repasaba una y otra vez cómo sería una historia mía contada como esa persona, cómo me vería yo en el escenario contando algo similar a lo que ese comediante decía. Desde mucho antes de subirme a un escenario ya tenía temas y formas de hacer comedia que sabía que no iban bien con mi “personaje”. Ya desde hace mucho tiempo sabía que eso dejaría de ser un hobby bastante rápido una vez que arrancara.
A veces se hace agotador porque, como todo lo que hago debo ir mostrándolo como forma de promocionarme y llevar gente a los shows, termino sintiendo que no tengo nada que sea para mí solamente. Por un lado digo “necesito ese pequeño espacio, esa puerta que pueda cerrar”, y a la vez sé que sería muy difícil no mostrar todo lo que hago en las redes, porque así un poco entiendo mi forma de vivir.
Todavía no tengo una conclusión para esto. Estoy repasando cosas para ver dónde puedo incursionar como hobby, ya les iré avisando… por acá, para no hacerlo tan púbnlico y mantenerlo en un círculo más controlado.
¿Ustedes qué onda? ¿Tienen un hobby? ¿Cómo hacen para mantenerlo en la categoría de hobby y no caer en la tentación de convertirlo en una disciplina, una actividad, un trabajo? ¿O no les pasa eso?
Nada… quería saber eso de ustedes también.
[contenido] recomendado
Obviamente les voy a preguntar por el especial, si lo vieron, todo eso. Nada. Les dejo el link por si acaso. Ha sido un viaje muy lindo este del especial. Que en una semana hay allegado a 15k visitas me parece una demencia. Estoy más que agradecido. Ojalá llegue a mucha, mucha más gente.
Les recomiendo también este especial bueeeeno bueno, de Alex Edelman. Es un comediante judío que se infliltra en una reunión de unos supremacistas blancos gringos y todo el show va alrededor de eso. Joyita, más allá de que me ponen infinitamente nervioso los comediantes que usan micrófono de mago. ¿Para qué necesitas las dos manos? Bueno… Vean “Just for us”, de Alex Edelman en MAX.
Mi pregunta sería: ¿cuándo un hobby deja de ser un hobby? ¿Cuando lo monetizas? …
Si la respuesta es sí, pregúntate cuáles de todas esas cosas que hiciste te dieron plata. Si la respuesta es ninguna, entonces siguen siendo un hobby. Algo que puedes seguir disfrutando sin rollo.
Ahora, desde mi lugar te digo:
Un hobby es lo que haces para desconectarte, para pasar el rato. El "cómo" es de cada quien. Así que no creo que te hayas quedado sin ellos. Es que los entrompas diferente.
Si esto igual no te convence, ponte a meditar o a hacer yoga… para que ya no te den ganas de "hacerlo distinto" 😂
No sé, se me acaba de ocurrir que quizás una forma de forzarse a tener un hobbie no-compartible pueda ser ponerse a hacer algo que te salga mal, así ni siquiera vas a querer mostrarlo 😂. Me pasa lo mismo con todas mis actividades creativas, es tan fuerte el deseo y la necesidad de hacerlas que me cuesta considerarlas hobbies, aunque sé que para ojos externos seguro se ven así porque no me dan plata, por lo menos eso es lo que piensa mi mamá.